Bella Kalsa se encuentra en un elegante edificio Art Nouveau de principios del siglo XX en el centro histórico de Palermo, dentro del antiguo barrio árabe del mismo nombre. Las dos habitaciones disponen de baño privado y luminosas ventanas con vistas al frondoso jardín del Palazzo Jung. Stanza Luna le da la bienvenida en una cama alcoba con un SPA privado equipado con una sauna finlandesa y un jacuzzi para parejas. Stanza Sirio le sorprenderá por la calidez de su mobiliario, en un derroche de arte y sicilianidad.

Erika es una auténtica palermitana, enamorada de su tierra y profunda conocedora de Palermo y Sicilia. Es guía turística titulada en español, francés e italiano. Si lo desea, le acompañará a descubrir esta ciudad y sus múltiples riquezas, revelándosela a través de las lentes de la historia, la antropología cultural, la lingüística, el arte...¡y por supuesto la cocina! Francesco es un antiguo navegante errante, ciudadano del Mediterráneo, que por fin se ha sentido en Palermo como en casa. Le acogerá y le aconsejará sobre la ciudad y sus alrededores y, si lo desea, le hará descubrir la ciudad desde el mar, navegando. Instructor de apnea, puede llevarle a descubrir los lugares más bellos para practicar snorkel no lejos del centro.

El barrio de Kalsa se funde con la historia árabe de la ciudad y, al mismo tiempo, se asoma al paseo marítimo del centro histórico de Palermo. La casa da a la Piazza della Magione, significativa para la ciudad no sólo por su historia antigua, sino también por ser el lugar donde crecieron dos de nuestros conciudadanos a cuyo recuerdo estamos más unidos: Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Aquí se respira su legado. Pero la Kalsa es también un lugar donde los asombrosos monumentos y las suntuosas fachadas barrocas de la antigua nobleza se entrelazan con callejuelas serpenteantes como colas de serpiente que se deslizan hasta el mar, o donde las raíces entrecruzadas entre la tierra y el cielo de árboles mastodónticos devoran plazas extendidas como sábanas para secarse al sol. Y de nuevo, la Kalsa es un lugar de vida, la vida real de la gente, de los niños que juegan en la plaza y en las calles, de las madres y los padres en los bancos entre charlas y de las noches, los clubes, la música en directo en las calles, todo ello en una mezcla de siciliano e italiano y otras lenguas diversas que se encuentran y a veces se reconocen.