Opiniones del Diar illi

Diar Illi superó nuestras expectativas. El alojamiento es cómodo, muy limpio y decorado con buen gusto. La zona es tranquila, ideal para descansar. El personal fue atento y amable en todo momento. ¡Volveremos con gusto

Nuestra estancia en Diar Illi fue excelente. El lugar es muy limpio, tranquilo y bien decorado. El personal fue muy amable y siempre dispuesto a ayudar. Nos sentimos como en casa. ¡Sin duda volveríamos!

Todo. Desde la comida al personal. Todo excelente

Todo perfecto

Destacar la atención recibida por parte de todo el personal del Hotel. Fueron muy agradables sobretodo con el trato a nuestros hijos. Lugar maravilloso para poder desconectar y descansar. Instalaciones muy limpias. Zona de juegos de mesa para poder entretener a los más pequeños y pasar un rato divertido en familia. La habitación era tal y como se describía. Los desayunos y comidas súper abundantes y muy bien presentados

La ducha era un poquito pequeña para la hora de la higiene con niños pequeños.

Todo. En nuestro viaje por Marruecos, nos hemos alojado en khasbas, en riads e incluso en jaimas en el desierto, pero el DIAR ILLI merecería estar en una clasificación aparte. La situación, el equipamiento, la calidad en general y sobretodo el trato nos hicieron sentir invitados mas que huéspedes. Los dueños Zaneb y Jean junto con su equipo nos trataron genial. Dos muestras que me impactaron especialmente. La tarde que llegamos, estaban cenando en la terraza en una banco con vistas al valle del Atlas mirando el ocaso, una maravilla. Y estaba yo paseando por su jardín. Inmediatamente dejaron de cenar y Jean me acompañó a ver el jardín, me dejó ver sus bungalows con jacuzzi privado y nos dimos una vuelta por su finca de olivos que envuelve su jardín, me comento y enseñó sus proyectos de ampliación, todo de un gusto exquisito. Como si fuera un amigo... Al dia siguiente, Zaneb, la dueña, nos pregunto que tal habíamos dormido y durante la charla, mi mujer, Yolanda le comento donde comprar un articulo de decoración que le había gustado especialmente. Mientras hablábamos, le comentamos que nos sentíamos desolados por no poder hacer un alto en el camino y disfrutar de un par de días de sus instalaciones ya que era justo ese día, nuestro 27 aniversario de bod a. Sin mediar palabra, Zaneb cogió el articulo de decoración y nos lo regaló. Algo inaudito para nosotros y que nos recordará siempre la estancia. La cena excepcional, el desayuno el mejor de todo nuestro viaje, en el mismo banco que ellos cenaron, los horarios de ambos a nuestra elección. Nos encendieron el fuego solo para nosotros. En fin, una serie de detalles que le dieron a la estancia un recuerdo imborrable. De los que perduran para siempre. Chapeau para los dueños por su forma de entender el negocio, el gusto exquisito de su decoración y la forma de tratar con sus huespedes.

Absolutamente nada. En España una cena tan frugal como la que nos sirvieron merecería ser regada con un buen vino, pero por respeto a nuestros anfitriones y a su cultura ni tan solo nos atrevimos a preguntar si cabía la posibilidad.